GAIA LISSETTE

Explico el nombre de mi Blog: Gaia es un disco de Mago de Oz, Gaia es el nombre de la madre naturaleza. Hay un trozo de una canción que dice: "Todo el mal que me hagas, a ti te lo harás pues la tierra es tu hogar y al igual que amar, también sé castigar la venganza de Gaia tendrás" Y Lissette es un misterio sin resolver...

domingo, mayo 14, 2006

VI. EL ARBOL DE LA NOCHE TRISTE

En la noche del 30 de Junio de 1,520, y tras haber cohabitado con los Aztecas en Tenochtitlan, aprovechando la creerncia de estos de nuestra procedencia divina, Hernán Cortés ordenó que abandonarámos la capital, ya que la paciencia de los aztecas y el apoyo del pueblo Monctezuma, había llegado a su fin. Las órdenes eran claras, debíamos transportar todo el oro y tesoros que puediéramos y en alianza con la oscuridad que nos proporcionaría la noche, huiríamos con la misma clandestinidad que un ladrón tiene que abandonar la escena del crimen. Yo mismo me vi empujado a la rapiña y la ambición. Todos éramos presa de una mezcla de miedo y extraña borrachera de poder. Había quienes, incluso, dejaban sis armas y cascos, para así poder trasladar más botín.

Y como las patas del mentiroso y del ladrón son muy cortas, no pudimos ir muy lejos. Debido al poco sigilo que mantuvimos, los aztecas dieron la voz de alarma y al ver que cobardemente huíamos con sus riquezas, nos atacaron con la fuerza que da el defender tu raza y tu tierra. Los caballos se hundían en el agua, fruto de tanto sobrepeso y muchos de mis compañeros perecían ahogados por el mismo motivo. Fue una matanza. Cortés resultó herido, y las bajas fueron cuantiosas. Yo sufrí una herida de la cual nunca podré curarme, y fue la herida que recibió mi alma al ver en que me había convertido: Lafrón y asesino cobarde. Azaak, también, había conseguido escapar con vida, pero muy a su pesar, pues seguía esclava de nosotros y creo que también de mi corazón... entre ella y yo había surgido algo más fuerte que el odio o la ambición, ¡el amor!

Me armé de valor y aprovechando que Cortés tomaba aliento al pie de un árbol, me decidí a hacerle saber mi punto de vista sobre aquella, tan poco honrosa, forma de proceder. Mi sorpresa fue descubrir a Hernán Cortés llorando ante ese árbol, fue una noche de tristeza, fue la noche triste...

Hoy la soberbia hizo violar tu valor

Y la avaricia lamió tu deshonor

Cuanto duele sentir

Que uno está perdido

Que la amargura se folló a tu destino

Quítale la ropa interior al dolor

Desnúdate Cortés y dime ¿Qué ves?

¿Dime que ves?

Se excita la venganza al ver la erección

Que te produce la idea de otra invasión

Creíste tener el mundo a tus pies

Y lloras tu derrota lamiéndote

Recuerda lo que aquí un día perdiste

Yo soy el Árbol de la Noche Triste

Sé que tu llanto servirá

Tarde o temprano

Para no esclavizar jamás

Al ser humano

Llora un Quetzal y al tiempo

Rugen los ríos y el viento

A un colibrí ordena ¡Vete a buscar!

Donde Gaia se esconde

Que ordene al horizonte

Que eyacule un volcán.